Sé que cuando llega el frío da pereza meterse en la piscina, pero los beneficios de la natación son tantos, que merece la pena hacer el esfuerzo. Sobre todo si tenéis un trabajo sedentario y pasáis muchas horas sentados frente al ordenador. Si tenéis cerca una piscina, la mejor inversión que podéis hacer por vuestra salud física y mental es aprovechar la hora de la comida para nadar. Una sesión de 30-40 minutos dos veces en semana puede cambiar desde el estado de vuestra espalda hasta el estado de ánimo.
¿Exageración? En absoluto. Yo empecé a nadar hace ya tres años, una o dos veces en semana, y es lo mejor que he hecho. Pero no sólo por mi espalda, tan castigada por el ordenador y mis hijos, sino por mi mente. Los que corréis lo entenderéis muy bien -y los que hayáis leído “De qué hablo cuando hablo de correr”, de Murakami-: nadar puede llegar a ser una especie de meditación en movimiento. Por muy estresada, agobiada, bloqueada y baja de moral que vaya, a los cinco minutos de estar nadando todos esos malestares se diluyen en el agua.
Además, nadar me supone el cardio que le falta a mi entreno semanal, sobre todo muscular, ya que practico yoga y body balance. Y pensando en las chicas y la pereza que da lo de mojarse el pelo, no tenéis más que hacer coincidir los días de natación con los de lavado y ¡listo!
Pero no quiero convenceros solamente con los beneficios que a mí personalmente me aporta nadar. Aquí tenéis ocho razones de peso para animaros:
- Trabajo muscular. A espalda, crowl, braza… nadar involucrará a la mayoría de músculos: abdominales, bíceps y tríceps, glúteos, poplíteos, y cuádriceps. ¿Tu técnica no es buena? Toma algunas sesiones con un entrenador para aprender bien, disfrutarás mucho más y le sacarás más rendimiento a cada sesión.
- Controlas el peso. Nadar es uno de los deportes que más calorías queman, lo que convierte esta actividad en ideal para quienes quieren perder peso o tienen un trabajo muy sedentario.
- Previene el envejecimiento. Se ha comprobado que este deporte es de gran ayuda para retrasar el proceso de envejecimiento. Además, visualmente parecerás más joven en poco tiempo, ya que tu espalda se estirará y tus músculos se estilizarán.
- Mejor memoria. La coordinación de la respiración con los movimientos de natación oxigenan el cerebro, además de que la coordinación motriz produce que éste tenga que crear nuevos lazos neuronales.
- Alivia el dolor. Nadar actúa como un analgésico natural aliviando dolores de todo tipo, sobre todo los articulares y de espalda.
- Previene lesiones. Nadar es mucho menos lesivo para el cuerpo que los ejercicios de tierra, ya que la capacidad natural para flotar en el agua evita impactos y golpes, sobre todo para la columna y articulaciones
- Para todos. En el agua, el peso de una persona es 10% de su peso normal y el margen de movilidad es mucho mayor, por lo todo el mundo puede practicarla: desde personas que tienen limitada su movilidad por la edad, hasta embarazadas y gente con sobrepeso.
- Salud mental. Nadar produce grandes beneficios para la salud mental: reduce el estrés y te ayuda a producir endorfinas, además del efecto relajante que produce el agua al masajear todo tu cuerpo mientras te mueves.
Antes de terminar, tanto si ya nadáis como si vais a animaros, quiero recordaros que para que vuestro entrenamiento sea completo, sería genial poder añadir a las sesiones de natación algunas de tonificación muscular y estiramientos. Si no tenéis tiempo para más, os recomiendo hacerlo en casa siguiendo las instrucciones de un profesional, como los de Telegim.tv.
¡Espero haberos convencido!