¿Haces deporte? Regálate un masaje

Como podrá decirte cualquier experto de Telegim.tv, la recuperación es parte del entrenamiento. Cuando no respetamos los tiempos de descanso aparecen las sobrecargas, la fatiga, la apatía y la falta de motivación. Nuestro cuerpo necesita un descanso físico total para seguir produciendo mejoras y nuevas adaptaciones. Y también es necesario disminuir la fatiga física.

Como os decía, respetar los tiempos de descanso entre los entrenos y al final de la temporada es fundamental. Pero algo que también puede resultar vital para evitar las sobrecargas musculares son los masajes. Y encima se trata de algo súper placentero. ¿A quién no le apetece darse un masaje de vez en cuando? Pues si además haces deporte habitualmente, se trata de un lujo que deberías permitirte de vez en cuando y que no sólo beneficiará a tu cuerpo sino también a tu mente. Y no sólo me refiero a los masajes deportivos, sino a ¡cualquiera!

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Los masajes no sólo resultan placenteros, también te ayudan a restablecer el equilibrio perdido cuando el esfuerzo físico es excesivo o estamos muy estresados. Los procedimientos del masaje varían según el objetivo que se persiga: relajar, activar, reparar tejidos, drenar líquidos, descontracturar músculos, flexibilizar estructuras, estimular… Desde tiempos remotos y en todas las culturas se ha recurrido a técnicas de manipulación manual para aliviar estados de enfermedad y dolor.

Fulminan el estrés

Nuestro organismo emplea oxígeno y sustancias nutritivas para mantener sus funciones, pero el estrés contrae los músculos, estancando la linfa e impidiendo que las toxinas se desechen adecuadamente. Mediante un simple masaje se inicia un proceso de limpieza celular, los músculos tensos se aflojan, liberando la presión sobre los vasos linfáticos, y eliminando rápidamente los desechos celulares relacionados con la respuesta al estrés: adrenalina, histamina, cortisol… entrando oxígeno y nutrientes. El masaje de relajación es un sedante del sistema nervioso. Libera tensiones acumuladas para que la energía de nuestro cuerpo fluya sin obstáculos.

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Además de los efectos físicos y mentales del masaje, como os decía al principio, tiene muchos otros beneficios para un deportista:

  • Aumenta el flujo sanguíneo, facilita el retorno venoso y con él la salida de catabolitos de la zona, con lo que aumenta la recuperación del músculo.
  • Estimula la corriente linfática y ayuda a eliminar el ácido láctico y otros residuos.
  • Mejora la nutrición muscular, el tono (que disminuye tras el esfuerzo) la elasticidad y la contractilidad.
  • Estimula el sistema inmune, elimina células muertas de la piel, la limpia y tonifica.
  • Disminuye el estrés, produce una relajación profunda física y mental.
  • Provoca la segregación de endorfinas, que se relacionan con las sensaciones satisfactorias y placenteras. Estimula la producción de este analgésico natural que segrega nuestro cerebro.

Shiatsu, reflexología podal, masajes terapéuticos, relajantes, a cuatro manos, balinés, tailandés, con aceites esenciales, con piedras, drenaje linfático, combinados con tratamientos estéticos… hay masajes para todos los gustos. Y daros uno de vez en cuando puede suponer el “premio” a todo el esfuerzo que hacéis entrenando.

Artes marciales: ejercicio para el cuerpo y la mente

Nunca han pasado de moda, pero desde hace tiempo veo un gran resurgir de estas disciplinas en los clubes deportivos, sobre todo entre los adultos. Cada vez es más la gente que pasados los 30, los 40 ¡e incluso los 50!, se anima a entrar en clases de capoeira, karate o busu. Creo que hay varias razones detrás de este renovado interés: el atractivo que siempre han tenido las artes marciales, potenciado por películas como Tigre y Dragón, el hecho de que se trate de una actividad diferente a las típicas del gimnasio, como medio de defensa personal, y que se pueda trabajar el cuerpo y la mente aprendiendo además valores como la disciplina, el respeto al adversario o el esfuerzo.

Además, se trata de disciplinas muy desestresantes y entre ellas se incluyen el tai chi, el yoga o el taekwondo, derivadas de las artes marciales y que nos ayudan a encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente, dejando atrás el estrés diario y consiguiendo una gran forma física. Y para mí, los cuerpos de artes marciales son de los más estilizados y bonitos, ya que la musculatura del cuerpo se trabaja de forma muy equilibrada y suponen una gran quema calórica.

karate

Como os decía, el estrés es uno de los factores que lleva a mucha gente a practicar artes marciales, ya que además de suponer un sistema de acondicionamiento físico integral, aumentan la autoconfianza, enseñan a relajarse y a mantener la concentración y el dominio sobre uno mismo.

Pero las artes marciales van mucho más allá del combate, de hecho, en mi opinión se trata de auténticas formas de meditación en movimiento por la gran concentración y autocontrol que exigen, además del trabajo consciente con la respiración.

Practicarlas dos o tres veces por semana puede ser suficiente para conseguir una buena forma física y mantener a raya las emociones y el estrés. Además, se trata de actividades que se practican en grupo, lo que también aumenta la satisfacción y promueve el compañerismo.

Entre las artes marciales, os propongo dos que pueden servir tanto a los que necesitan esfuerzo y movimiento, como a los que buscan algo más tranquilo:

capoeira

Taekwondo. Se trata de un arte marcial coreano muy dinámico, donde el trabajo cardiovascular es muy importante, junto con la mejora de flexibilidad, elasticidad, coordinación y también psicomotricidad (por lo que es muy recomendable en niños). Se basa en el respeto y la confianza en uno mismo y en el equipo. La constancia y la disciplina son sus dos puntos clave.

Tai chi. También llamado el arte marcial de la relajación, es una modalidad terapéutica originaria de China. Apto para cualquier tipo de persona, se basa en la realización de movimientos armónicos y fluidos y está recomendado para aquellas personas que quieran mejorar la movilidad articular y la flexibilidad.

Los que no tienen tiempo de ir al gimnasio también pueden practicar artes marciales gracias a las sesiones online de yoga o actividades como Combat (en Telegim.tv), que toma elementos de las artes marciales y se practica al ritmo de la música guiados por un instructor.

Llévate el fitness al agua

Una de las tendencias de entrenamiento que va a arrasar la próxima temporada, pero que dado el calor que hace seguro que os apetece probar ya, es el fitness acuático. Pero no sólo las típicas clases de aquagym, vais a ver mucho, mucho más. De hecho, vais a poder entrenar en auténticos gimnasios acuáticos…

Ya son varias las empresas que comercializan en nuestro país maquinaria, accesorios y programas de fitness acuático para montar gimnasios en centros deportivos, hoteles, spas o clubes de natación. Y lo que podrás hacer en ellos se va a parecer mucho a los entrenos en tierra: spinning, running en cintas acuáticas, clases colectivas en trampo-step (trampolín acuático+step), entrenamiento de fuerza con pesas y accesorios lastrados al cuerpo, y hasta boxeo con unos guantes especiales de plástico.

boxeo en el agua

Además de ser una gran opción para entrenar cuando el calor aprieta, lo es durante todo el año, ya que el ejercicio en el agua ofrece muchos beneficios extra: la resistencia extra que supone el agua reduce el tiempo y aumenta los resultados, sobre todo respecto a la tonificación muscular. Y como extra, proporciona un masaje en todo el cuerpo que activa la circulación y ayuda a la relajación física y mental. Sin olvidarnos de un factor importantísimo: en el agua desaparece el impacto para las articulaciones, por lo que resulta un ejercicio totalmente recomendable para personas con lesiones, problemas osteoarticulares y sobre peso.

Como os decía, el entrenamiento acuático es una tendencia en alza, aunque la mayoría de clubes deportivos con piscina ya cuentan con una gran oferta de actividades que pueden interesaros. Aquí tenéis algunas opciones:

Aquarunning. Existen programas de entrenamiento complementario de running en la piscina para mejorar la técnica de carrera, la capacidad aeróbica, el tono y quemar calorías. Muy recomendables para corredores lesionados o en baja forma.

Aqua Zumba. La popular clase de baile también tiene su versión acuática para seguir bailando sin pasar calor, reduciendo el tiempo y aumentando los beneficios. La he probado y es muy divertida.

Aquabiking. Estas clases se llevan las bicis de spinning al agua, lo que hace que se tonifique toda la musculatura, que las piernas reciban un súper masaje y que consigas los mismos resultados en menos tiempo.

spinning acuatico

SUP Pilates y Yoga. Ha sido otra de las tendencias del verano: clases en las que se practican posturas de yoga y pilates sobre una tabla de paddle surf. Ideales para ganar fuerza y equilibrio, y como entrenamiento antes de probarlo en el mar o en pantanos.

Surf indoor. También existen ya entrenamientos específicos de surf en piscinas, ideales para principiantes o para quitarse el mono y estar en buena forma antes de enfrentarse a las olas reales.

Aquapilates. Ideal para quienes tienes problemas de espalda o articulaciones, ya que la versión acuática es aún más suave y relajante que la terrestre. También muy recomendable para embarazadas.

Aquatraining. Son sesiones de entrenamiento acuático que aúnan ejercicios de tono y cardio para mejorar la forma física general, tonificar y quemar calorías. Las encontrarás con diferentes nombres: aquagym, aquaeróbic, aquafitness, aquatono…

Aqua-Espalda. Son sesiones específicas de entrenamiento y estiramientos para rehabilitar, tratar o prevenir problemas de espalda. Ideales también para descargar la musculatura después de una intensa sesión de entrenamiento.

Aqua Balance. Fusiona elementos de yoga, pilates y tai chi en el agua para equilibrar el cuerpo y la mente. Ideal para quienes buscan un entrenamiento suave y relajante.

Hay muchas más opciones de las que os he contado. Y, por supuesto, si tenéis piscina en casa, os animo a utilizarla como vuestro gimnasio de verano.

Entrenamiento y descanso, el matrimonio perfecto

No sé a vosotros, pero a mí me costó entenderlo y, sobre todo, ¡llevarlo a la práctica! Entre los 20 y los 30 años daba muchísimas clases de fitness, y además estaba en un grupo de exhibición de aeróbic. No paraba de saltar, brincar y botar sin piedad. Y claro, a corto plazo, de vez en cuando me quedaba muerta, no podía ni dormir por las noches del cansancio y el aceleramiento que tenía. A largo plazo, mi espada dijo “hasta aquí hemos llegado”, y tuve que parar. Por suerte, descubrí el Body Balance y el Yoga, que no sólo me ayudaron a recuperarme físicamente, sino que me enseñaron a hacer ejercicio a otro ritmo, bajando la intensidad y concediéndole gran importancia al descanso y la recuperación en las propias clases. Porque ninguna de estas dos disciplinas tiene sentido sin una gran relajación final e incluso descansos entre las series y posturas.

Y no sabéis lo que me costó aprender a relajarme, algo que me dicen muchos alumnos cuando vienen por primera vez a mis clases de yoga. Cuando llega el momento de tumbarse, cerrar los ojos y relajarse, son incapaces, se ponen hasta más nerviosos. Y cómo les entiendo, porque a mí me pasaba lo mismo. Pero una vez que tu cuerpo y tu mente integran ese momento, ya no puedes vivir sin él.

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Con todo esto quiero parafrasear a un amigo mío, Domingo Sánchez, que en sus libros no se cansa de repetir que ‘la recuperación es parte del entrenamiento’. Si entrenas mucho y no descansas, tu cuerpo no se recupera y no sólo no consigues tus objetivos de entrenamiento o pérdida de peso, sino que pierdes parte de lo ganado y encima puedes lesionarte.

De hecho, ésta debería ser la máxima principal de cualquier persona que empiece a hacer ejercicio. Y más aún en los comienzos, cuando te matan las agujetas. O cuando queremos ponernos en forma en poco tiempo, por ejemplo ahora con la dichosa “operación biquini”. Como dice otro amigo mío del mundo del fitness, “un cuerpo de verano hay que ganárselo durante todo el año”. Hay que tenerlo claro, los esfuerzos concentrados y limitados en el tiempo, no sirven para mucho, te agotan y encima te lesionan.

 

Planificar el entrenamiento

Esto es algo en lo que insisten muchísimo los entrenadores personales. No hay atleta de elite o equipo deportivo que no siga una planificación que incluye tanto sesiones y períodos de entrenamiento intenso, como recuperación y descanso puro y duro.

Muchas veces, sobre todo cuando no entiendes demasiado de ejercicio, te da miedo parar porque piensas que vas a perder lo ganado. O cuando haces ejercicio para adelgazar… hay que saber que si haces un buen entreno de fuerza, sigues quemando también durante la fase de descanso. Como dice Domingo Sánchez, “si tu cuerpo ha tardado seis meses en conseguir ciertas adaptaciones y cambios, no va a perder las mejoras cardiovasculares o de fuerza en una semana o quince días, necesitaría casi el mismo tiempo”.

Lo ideal sería tener un entrenador personal que nos pautase los tiempos de entrenamiento y descanso. Pero si no es el caso, leer un poco sobre el tema y aplicar el sentido común, son suficientes. Ir los siete días a la semana al gimnasio a entrenar es una burrada, a no ser que al menos uno de ellos lo dediques a darte un spa y un masaje (ideales para la recuperación deportiva) o hagas actividades muy suaves.

Si te apuntas a un gimnasio presencial u online, intenta planificar qué días vas a ir y qué actividades vas a hacer para que los días más intensos se alternen con días de descanso o actividades más suaves. Si no haces esto y te pasas entrenando, no sólo sufrirás haciendo ejercicio sino que no conseguiréis mejoras y os desmotivaréis.

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Pero ojo, por descanso no me refiero a tumbarse en el sofá a ver la tele. La recuperación puede ser activa siempre que sea suave y relajante: un paseo tranquilo, una sesión de yoga, un spa, un masaje (casi obligatorio si hacéis mucho ejercicio) o una sesión de meditación. Cualquier cosa que os haga desconectar física y mentalmente del ejercicio para recuperaros y volver con más ganas.

¿Descansáis lo suficiente entre sesión y sesión de ejercicio?