Seguro que has escuchado hablar sobre los radicales libres y sabes que son muy perjudiciales, pero ¿sabes qué son realmente? Como explica la nutricionista Beatriz Larrea, “se trata de átomos o grupos de átomos que cuentan con un electrón que no está aparejado, por lo que son altamente reactivos e inestables”. “Para lograr establecer el equilibrio este átomo buscará ‘robarle’ un electrón a otro. Cuando esto sucede, el átomo que pierde su electrón se convierte en un radical libre. Así se va generando una reacción de cadenas llamado estrés oxidativo, que daña las células, produce el envejecimiento e influye en la aparición de enfermedades”. ¿Y ¿quiénes son los héroes de la historia? Los antioxidantes, de los que seguro que oyes hablar también constantemente en relación con la alimentación, la belleza y la salud.
Como explica Larrea, los antioxidantes se encuentran en todas las plantas, “son lo que las protege y le da su color”. “Los antioxidantes protegen y fortalecen el cuerpo humano mientras retrasan el envejecimiento y previene la oxidación celular al neutralizar los radicales libres. Digamos que les sobra un electrón y se lo donan al radical libre, tranquilizándolo y neutralizándolo”, explica.
“Aunque parezcan los malos de la historia, los radicales libres forman parte de nuestra vida diaria, ya que se producen a través del metabolismo o de la quema de glucosa al hacer ejercicio y el cuerpo está acostumbrado a neutralizarlos con una adecuada ingesta de frutas y verduras”, dice. El problema aparece cuando introducimos factores externos que producen estas partículas reactivas. Por ejemplo, la contaminación, los pesticidas, los aditivos y conservantes, el estrés, los alimentos procesados, el humo del cigarro, el alcohol, los metales pesados, el exceso de proteína animal, algunos cosméticos y medicamentos.
Como imaginaréis después de leer esto, hay motivos para preocuparse, ya que nuestro estilo de vida, lo que comemos, respiramos, bebemos y pensamos genera radicales libres. Y, por desgracia, muy pocas cosas aportan antioxidantes en comparación con el bombardeo de radicales libres a los que estamos expuestos todos los días.
Calificación ORAC
Para combatir los radicales libres precisamente en esto post quiero hablaros de algo que me contó Beatriz Larrea y que os ayudará mucho. Se trata de la calificación ORAC (Oxygen Absorbance Capacity), que fue realizada por la Universidad de TUFFS (EE.UU.) y determina la capacidad que tienen ciertos alimentos para neutralizar los radicales libres. Aunque, como dice esta experta, “es difícil que esta calificación sea 100% objetiva, ya que depende de la tierra, del tiempo que llevan, el tipo de cultivo, etc.”. Este es ránking de alimentos que tenéis que “grabar a fuego” en vuestra mente para que no falten en vuestra dieta diaria o al menos semanal:
- Polvo de cacao (100 g)- 95,000
- Maqui Berry (100 g)- 60,600
- Acai Berry (100 g)- 53,600
- Baya de Goji (100 g)- 13,300
- Arándano (1/2 taza)-6,552
- Fresa (1/2 taza)- 3,577
- Espinaca ( 1 taza cruda)- 3,030
- Granada( 1⁄2 taza de zumo)- 2,341
- Col crespa ( 1 taza cruda 1,770
- Zanahoria(1/2 taza) -666
- Tomate (1/2 taza)-367
- Mango (1/2 taza)- 300
“Con el té matcha hay debate, ya que muchos dicen que está por encima del cacao y otros que por encima de las bayas de goji, dice Larrea. Y las principales fuentes de antioxidantes son los súperalimentos (como los del ránking), las frutas y las verduras; y en menor medida los granos y las legumbres. “Dado que tenemos radicales libres en exceso necesitamos consumir la mayor cantidad posible de antioxidantes, lo que además, se va a traducir en una piel joven y brillante, un cuerpo saludable y mucha vitalidad”, subraya.
Además de intentar consumir todos los súperalimentos que podáis, aquí tenéis también diez consejos de Beatriz Larrea para reducir los radicales libres y aumentar los antioxidantes:
- Intenta utilizar cosmética natural
- Consume alimentos ecológicos
- Consume alimentos enteros: granos integrales, legumbres, grasas saludables, frutas, verduras, frutos secos, pescado y huevos ecológicos.
- Consigue un filtro para el agua. Bebe de 8 a 10 vasos diarios.
- Haz curas détox en los cambios de estación
- Consume chlorella y espirulina
- Haz deporte de forma moderada
- Compra un cepillo de piel y prueba los masajes linfáticos
- Trata de controlar el estrés con yoga, meditación, un baño caliente…
- Toma batidos: es la manera más sencilla de añadir los súperalimentos.
Si me lo admitís, os doy un último consejo: aunque sean estupendos, no intentéis adoptar de golpe todos los buenos hábitos que os he contado ni cambiar radicalmente vuestra alimentación para comer sólo a base de súperalimentos. Para conseguir cambiar tu estilo de vida es mejor empezar sólo por cambiar un pequeño hábito (y que sea sencillo para ti) y, cuando lo tengas totalmente integrado (según los expertos esto te costará entre 18 y 21 días), ir a por otro.