Seis buenos consejos para comer menos

Casi todos hemos pecado de comer compulsivamente alguna vez, sin que por ello padezcamos un Trastorno de la Conducta Alimentaria. Pero en todo caso, comer en exceso es  la causa fundamental de la obesidad y todas sus secuelas. Repasemos una interesante selección de consejos para comer menos, aparecida originalmente en Health.com

 Jamás saltes el desayuno.

Vieja regla probada ahora con sustento estadístico: los que no desayunan consumen 40% más dulces, 55% más refrescos, 45% menos vegetales y 30% menos frutas que los que desayunan… como un rey. Una buena manera para alejarnos de comer compulsivamente durante el resto del día.

Come despacio.

La digestión comienza con las enzimas salivares, en la boca. Cuando masticas bien los alimentos todo el sistema digestivo funciona mejor, haciendo más eficaz la alimentación. Tanto es así que en la Universidad de Rhode Island han demostrado que quienes comen despacio toman cuatro veces menos calorías por minuto y a pesar de ello se sienten saciados más rápido que quienes engullen la comida.

Distribuye las comidas en pequeñas porciones.

Los que comen de cuatro a seis veces durante el día mantienen el apetito más a raya que los que lo hacen dos o tres veces, por lo que estos últimos finalmente terminan ingiriendo más calorías que los primeros, viéndose más tentados a comer compulsivamente. Lo dice la Universidad del Estado de Arizona.

Evita las dietas sin grasas.

Está bien alejarse de las grasas saturadas de origen animal, pero no todas las grasas son iguales. Por ejemplo el ácido oleico, abundante en aguacates, frutos secos y aceites de oliva, estimula la secreción de un compuesto intestinal que actúa sobre los nervios y envía una señal de saciedad al cerebro. Lo afirma la Universidad de California, campus Irvine.

Emplea más condimentos olorosos.

Albahaca, menta, jengibre, tomillo, canela… te ayudarán a comer menos, según dice un reciente estudio en el que los sujetos servidos con alimentos aromáticos comieron entre 5 y 10% menos que aquellos servidos con el mismo platillo, pero sin tales condimentos.

Ejercítate lo suficiente.

Además de quemar calorías, acelerar el metabolismo y fortalecernos, los ejercicios repercuten positivamente sobre las neuronas productoras de señales de saciedad. Según la Universidad de Exeter, un pequeño paseo de 15 minutos es preferible a un simple descanso de oficina, pues reduce hasta en un 50% el tamaño de las meriendas laborales. Claro que para lograr el beneficio pleno de los ejercicios  habrá que involucrarse en su práctica sistemática. Cualquier ejercicio ( Aerobic, Step, Pilates, Running, Natación, Ciclismo o Ciclo Indoor, etc… ) vendrán a complementar exitosamente todo esfuerzo dirigido a comer menos.

Comidas a evitar para perder barriga

En la actualidad una buena parte de los alimentos disponibles son procesados industrialmente, ya sea para hacerlos más atractivos o para poder envasarlos. Veamos lo que aconseja el sitio NaturalNews sobre un grupo de alimentos de este tipo que deberíamos alejar de nuestras mesas… si de perder barriga y mantener la forma se trata.

Refrescos.

La mayoría de los refrescos son pura caloría líquida, vacías por demás y químicamente manipuladas. Por ejemplo, el endulzante en la mayoría de estos refrescos es sirope de maíz enriquecido con fructuosa, un producto al que se ha potenciado artificialmente su nivel de dulzura. En un estudio con ratas, las que se alimentaron con este sirope no solo engordaron más que el resto sino que desarrollaron… mayores diámetros abdominales. Mala idea para perder barriga.

Panes blancos y dulces. 

La harina refinada con que se hacen estos panes y dulces ha sido despojada de fibras, vitaminas, minerales y trazas,  quedando apenas un carbohidrato neto que es procesado de inmediato por el organismo provocando aumentos súbitos de insulina y glucosa en sangre. Si se mantiene esta situación, los riesgos de obesidad ventral crecen notablemente, sin contar otros desajustes como la diabetes tipo II.

Etanol.

El etanol es un tipo de alcohol, justo el que se emplea en cualquiera de las bebidas alcohólicas conocidas.  No es más que azúcar altamente refinada, pues se obtiene básicamente de la fermentación de jugos de gramíneas y vegetales. Para el sistema digestivo es un carbohidrato vacío más, que se incorpora de inmediato al flujo sanguíneo y provoca los mismos efectos, por ejemplo, que el pan blanco con respecto a la insulina y la glucosa. No recomendable para mantener la forma.

Hamburguesas… especialmente con patatas fritas

Nadie las confunda con un buen pedazo de carne magra, porque están hechas básicamente con las partes más grasientas de reses y cerdos, es decir, casi todas las marcas de hamburguesas son ricas en grasas saturadas de origen animal, una mala consejera para la salud humana y nada aconsejables para perder barriga. Si van metidas en panes blancos y acompañadas de patatas fritas industriales ( cocinadas en recalentados aceites vegetales pobres en Omega 3 y ricos en grasas trans ) son la combinación perfecta para perder salud.

Si evitamos estos alimentos habremos dado un paso firme en lo tocante a perder barriga, pero no olvides que los ejercicios físicos sistemáticos resultan imprescindibles para complementar una buena dieta en aras de la salud.

Si aún no has comenzado su práctica, un buen inicio podría ser  el TBC ( Total Body Aconditionament ), un ejercicio que como su nombre indica está diseñado para acondicionar la totalidad del cuerpo. Mezclado con las coreografías de Step, te hará más fácil mantener la forma, combinando diversión, fortalecimiento y salud cardiovascular  

Para perder barriga nada supera a los ejercicios aeróbicos

Finalmente ha sido demostrado por la ciencia: los ejercicios aeróbicos se muestran insuperables como remedio para bajar de peso, especialmente para deshacernos de la incómoda, antiestética y muy peligrosa barriga. Todo salió a flote en el Duke University Medical Center, tras un estudio en el que se comparó el aerobic con otros ejercicios para comprobar su eficacia en el tema de perder barriga.

Se cotejaron los ejercicios aeróbicos contra los ejercicios de fuerza y una combinación de ambos, quedando claro que los primeros son un verdadero horno para la grasa visceral, esa que se acumula en el hígado y en los intersticios del abdomen, provocando las protuberantes barrigas que a diario vemos en las calles.

Es buena recordar que dichos abdómenes inflados no se deben a la delgada capa de grasa asociada con la piel, sino a la abundancia de la muy peligrosa grasa visceral, que invade los órganos vitales y nos arrima al precipicio de los problemas cardiovasculares y el cáncer.

El estudio citado, conducido por el fisiólogo Cris Slentz, se condujo durante ocho meses entre  196 obesos de entre 18 y 70 años de edad, divididos en tres grupos según el tipo de ejercicios que comenzaron a practicar: aeróbicos (19 kms al 80% de capacidad cardiovascular); fuerza  (tres tandas de 8-12 repeticiones) y una combinación de ambos.

Los del grupo de sólo ejercicios aeróbicos lograron las más significativas reducciones de grasa visceral, niveles enzimáticos del hígado y resistencia a la insulina, así como la mayor disminución en los niveles de triglicéridos en sangre. ¿La razón?: Con los ejercicios aeróbicos se quema hasta un 67% más de calorías con respecto a los ejercicios de fuerza.

“Los ejercicios de resistencia son excelentes para aumentar la fuerza y la musculatura”, dijo el autor del estudio, “pero si estás con sobrepeso, como las dos terceras partes de la población, los ejercicios aeróbicos son la mejor opción porque consumen más calorías.”

De manera que no quedan dudas. Si tienes barriga y quieres hacer algo por tu salud, el mejor ejercicio para bajar de peso y perder barriga al mismo tiempo está al alcance de tu mano. Puedes empezar por seguir nuestras video clases de Ciclo Indoor, Aeróbic, Step, … e ir combinándolas saliendo algún día a correr o en bicicleta.

Bajar de peso comienza por perder barriga

Es un hecho que cuando por alguna de las razones conocidas aumentamos de peso, casi siempre la zona ventral  es la que primero salta a la vista. Las faldas y pantalones comienzan a no querer cerrar e inevitablemente adquirimos el temido perfil de pera. Por ello, antes de entablar la batalla por bajar de peso, veamos algunas cuestiones sobre la peligrosa grasa estomacal y las complejas formas de enfrentarla.

Tanto los hombres como las mujeres engordan por el centro del cuerpo, solo que con algunas diferencias. Los varones llevan los vientres más notables mientras que ellas acumulan tejido adiposo un poco más hacia abajo, sobre las caderas, las nalgas y las piernas. Es consecuencia de las diferencias hormonales. Por ello, a partir de las edades maduras perder barriga puede resultar muy complicado y a veces poco alentador.

Por ejemplo, el descenso paulatino de testosterona que experimentan los hombres con el tiempo provoca abultamiento abdominal. Como consecuencia, aun reduciendo al mínimo la ingesta calórica a veces no se obtienen los resultados esperados; de hecho, comer muy pocas calorías deprime la ya escasa producción de testosterona. Se trata entonces de lograr una adecuada combinación entre alimentación suficiente, ejercicio físico y tal vez alguna Terapia de Sustitución Hormonal, cuando lo prescriba un médico especializado.

Con las mujeres sucede algo parecido, siendo el estrés uno de los principales depresores del estrógeno y la progesterona, por lo que sus ejercicios para perder barriga y bajar de peso tendrán que complementarse con una buena dosis de relajación y alimentación balanceada. Una excelente manera de intentarlo sería combinar Clases de Indoorwalking con Yoga y Stretching, por ejemplo.

Otro aspecto a considerar es la presencia de cortisol. Esta hormona se multiplica ante situaciones estresantes y libera azúcar en sangre, por lo que contribuye a la obesidad. De nuevo habrá que considerar la combinación del ejercicio físico con actividades relajantes, como tomar baños tibios, masajes y sexo.

De manera que la situación es más compleja de lo que usualmente se piensa. Cuando se es joven, sin embargo, bajar de peso es más sencillo. Casi todo se reduce entonces a un buen balance calórico. El metabolismo admite comer con más soltura y las hormonas están a tope, de manera que suelen verse menos barrigas prominentes… con sus muy notables excepciones, claro.