A todos nos ha sucedido alguna vez: al día siguiente de tener un entrenamiento excesivo o de realizar algún esfuerzo inusual, amanecemos con dolores musculares ¿Qué hacer entonces, además de los masajes y el analgésico preferido? ¿Deberíamos volver al entrenamiento o tomar un reposo?
En primer lugar diferenciemos entre dolores musculares temporales debidos a un entrenamiento excesivo y otros más permanentes como consecuencia de artrosis, Síndrome de Fatiga Crónica u otra dolencia médica, nutricional o medicamentosa. Para trazar los límites están solo los médicos.
Pero todos sabemos cuándo nos duele el músculo recto del abdomen por haber realizado abdominales en exceso, o los bíceps por levantar más peso que de costumbre o incluso los músculos gemelos (gastrocnemios) tras correr demasiado rápido.
Según nos cuenta Lau Hanly, nutricionista y directora de la consultoría de fitness Fierce For Life, podemos volver a las rutinas aún con dolores musculares, solo que tomando las medidas necesarias para evitar mayores dolores o lesiones. Las claves para lograrlo son las siguientes:
Ejercitar las partes del cuerpo que no duelan: Claramente, si nos duelen las piernas, podemos aprovechar para ejercitar los brazos y el torso, o viceversa.
Cambiar de rutina: En la misma cuerda, sería una buena oportunidad para conocer y practicar otros ejercicios que incluso podrían aliviar los dolores musculares, como el Yoga y Stretching, por ejemplo. Y es que la práctica del yoga incluye como elemento básico el acondicionamiento de los grandes grupos musculares con la finalidad de facilitar la ejecución de las asanas.
También los ejercicios Pilates podrían ser de utilidad, pues además de algunas posiciones derivadas del yoga incluye movimientos de gimnasia y nociones de traumatología en sus tonificantes rutinas.
Disminuir en intensidad y duración: Y si vamos a quedarnos en nuestros ejercicios habituales, disminuir la intensidad y duración de los mismos sería una buena manera de lidiar con los dolores musculares.
Mayores intervalos de descanso: Como parte de la estrategia para no abandonar los ejercicios tras un entrenamiento excesivo, los intervalos de descanso habituales podrían ampliarse o multiplicarse como forma de permitir la recuperación paulatina de los músculos afectados.
Claro que nadie está obligado a seguir estos consejos, mucho menos si se sufren dolores muy intensos; nada mejor que un par de días de descanso si es el caso. Pero lo cierto es que en la práctica se comprueba que los ejercicios de ligeros a moderados facilitan la recuperación.