Uno de los temas de salud que más nos preocupan y, afortunadamente, ocupan es el colesterol alto. No obstante, es necesario hacer una división antes de comenzar a hablar del tema. Por un lado tenemos el colesterol malo (LDL) y por el otro el bueno (HDL). Si es este último el que está alto, ¡enhorabuena! Estás muy saludable. En cambio, si has recibido una advertencia de tu médico acerca del LDL, es hora de empezar con una rutina de ejercicios.
El mejor ejercicio a realizar cuando se tiene el colesterol malo alto es el aeróbico. Se entiende como tal al que se desarrolla a baja o media intensidad, pero de larga duración. El cometido es quemar grasas e hidratos de carbono. Si bien caminar o correr es totalmente válido, también puedes hacerlo de forma más divertida con una clase de aerodance. El ciclismo indoor también te servirá mucho, pero no olvides tus estiramientos al finalizar.
¿Qué es el colesterol alto?
Cuando salimos de la consulta del médico con un diagnóstico de colesterol alto, esto quiere decir que se ha sedimentado un exceso de placa en nuestras arterias. Las causas pueden se diversas: herencia, raza, tabaquismo, sedentarismo, peso o edad. Sin embargo, lo que debemos saber es que una forma muy efectiva de bajarlo es a través del ejercicio físico.
El colesterol es un enemigo silencioso, ya que cuando nos “habla,” es porque lo hemos dejado avanzar a niveles peligrosos. Si un día sientes angina de pecho, es posible que esta se deba a que el pasaje de sangre hacia tu corazón está viéndose limitado.
No subestimes jamás un diagnóstico de colesterol alto, ya que esta es una enfermedad que puede derivar en otras muy graves, tales como enfermedad en la arteria carótida, enfermedad arterial periférica, un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
Sin embargo, cuarenta minutos al día te separan de una vida sin colesterol. ¿Qué tienes que hacer? ¡Ejercicio! A continuación te orientaremos acerca de cuál la actividad física indicada para este caso, ya que cierta gama de ejercicio no incide de forma directa en lo que nos atañe en este momento: devolverte los valores sanguíneos de LDL correctos.
Ejercicios que bajan el colesterol
Los ejercicios que te ayudarán a bajar el colesterol son los aeróbicos. Para que obren el efecto para el cual fueron creados: reducir las grasas visibles y no visibles, deben ser realizados por un mínimo de treinta minutos. Esto se explica en base a que el cuerpo comienza a quemar grasas a partir del minuto número veinte de actividad aeróbica ininterrumpida. Veamos qué ejercicios te reconciliarán con el LDL:
Elevación de rodillas: extiende los brazos en cruz e intenta tocar tu codo izquierdo con tu rodilla izquierda, ahora haz lo mismo con la derecha. ¡No hagas trampas al solitario! Es la rodilla al codo, el viceversa no es válido. Pronto verás reducir tu colesterol.
Los brazos a toda máquina para bombear más sangre: extiende ambos brazos hacia el techo y bájalos cuando subes una de tus rodillas. Bájalos flexionados, de modo tal que queden flanqueando tu cuádriceps y tu aductor. Repite el movimiento con la misma rodilla. Los tiempos variarán a medida que vayas poniéndote en forma. Comienza por un minuto por cada rodilla y después pasas a dos. El colesterol se irá disipando.
Talones a los glúteos: para reducir el colesterol, cruza tus brazos a la altura del pecho, haciendo que tu mano derecha se apoye en tu hombro izquierdo y tu mano izquierda en tu hombro derecho, y lleva los talones a los glúteos de forma alternada. Nunca tengas los dos pies apoyados en el suelo al mismo tiempo. Es fundamental que saltes sobre tu metatarso y nunca sobre tus talones.
Baile: ya sea un baile coreografiado o uno que lleves a cabo de forma espontánea, el movimiento del cuerpo al ritmo de la música es una forma muy efectiva de despedir el colesterol.
Nota: todos estos ejercicios deben ser realizados de forma rápida. Si tienes música para acompañar tus rutinas, te recomendamos que las batidas por minutos (golpes de la música) estén en un rango entre 145 y 178. Por supuesto que para llegar a este último nivel, es necesario haber entrenado durante varios meses de forma diaria o por lo menos cinco veces por semana.