Tener una buena postura no sólo es importante para evitar problemas de espalda o lesiones, también es un punto clave en tu rendimiento deportivo. De hecho, en el deporte de competición resulta fundamental. Pero aunque hagas deporte de forma amateur, mejorar tu postura también te supondrá un cambio increíble en el resultado de tus entrenamientos.
“Para realizar la mayoría de los movimientos los atletas tienen que cambiar de una posición a otra, a una velocidad variable y durante un tiempo determinado. Lo que les permite hacer esto es su postura, que puede ser estática pero es sobre todo dinámica”, explica el quiropráctico Joseba Agote. “Para moverse rápido o mantener esa posición durante un tiempo largo, la postura debe ser la correcta. Esto permitirá una eficacia de movimiento que mejora la economía”, añade.
Según Agote, “un movimiento eficiente y económico supone que el atleta se mueve más rápido y además puede conservar la energía para más adelante”. Y esto también lo necesitamos en nuestra vida diaria. Porque un movimiento ineficaz, implica moverse más para compensar esa mala postura, lo que supone más tiempo, más trabajo y menos energía.
¿Pasas mucho tiempo sentado y crees que tus posturas no son buenas? ¿Conduces muchas horas? ¿Tu trabajo te obliga a estar mucho tiempo de pie o a adoptar malas posturas? Pues esto también te afectará cuando entrenes.
Qué es la buena postura
Como dice el Comité de la Postura de la Academia Americana de Cirugía Ortopédica, es “el estado de equilibrio muscular y esquelético que protege las estructuras de soporte del cuerpo de lesiones o deformidades progresivas, sin tener en cuenta la actividad en la que estas estructuras estén trabajando o descansando”. Lo más importante de esta definición, como subraya Agote, “es que supone que se tiene buena o mala postura mientras corremos, saltamos o descansamos en el sofá”. Es decir, no sólo cuando estamos de pie o parados.
¿Cómo afecta nuestra postura a nuestro rendimiento deportivo? Como dice Agote, “el cuerpo se tiene que ajustar a las demandas del entorno, corrigiendo constantemente su posición. Para empezar, el primer y más importante desafío es la gravedad. En el deporte además, están los oponentes, el equipamiento y los requerimientos técnicos”.
Pasar muchas horas sentado produce debilidad en la musculatura extensora de la espalda. Estar muchas horas de pie no es mejor: cargar más peso en una pierna, adelantar la cabeza, hombros encorvados… Ambas situaciones debilitan la musculatura y hacen más difícil adoptar una buena postura aunque lo intentes.
¿Qué hacer? Para empezar, y como dice Agote, tener cuidado con los ejercicios y movimientos asimétricos, que desarrollan sólo un lado (por ejemplo el tenis). Para continuar, fortalecer los músculos del tronco, responsables de la postura y la respiración. “Solo así podremos después realizar nuestros entrenamientos sin lesiones y sin dolor”, dice.
Como profesora de yoga y método hipopresivo siempre insisto en la importancia de trabajar la postura y de adquirir inteligencia corporal, fundamental para saber cómo se mueve nuestro cuerpo y cómo estamos colocados en cada momento. Una forma fácil de conseguirlo puede ser hacer un par de sesiones semanales de yoga o pilates. Y ni siquiera hace falta que os apuntéis a centro, con Telegim.tv podéis practicar estas disciplinas cómodamente en casa y con muy poco coste. Algo importante si además disponéis de poco tiempo.