Qué duda cabe que practicar deporte es una de las facetas más saludables que podemos poner en práctica en nuestro día a día. Es (casi) una obligación por parte de los adultos intentar que los más pequeños de la casa practiquen algún deporte y realicen una actividad física mínima. El ciclismo es, sin duda, uno de los más beneficios para los niños.
Pocos deportes son tan beneficiosos para los niños que el ciclismo. Y también es uno de los más divertidos y que más seguidores tiene desde bien pequeños en sana competición con otros como la natación o el fútbol. Promover en los más pequeños la práctica de ciclismo es fomentar un crecimiento sano y feliz. Y también ayudar a que sean adultos más sanos el día de mañana.
El ciclo indoor es uno de los deportes preferidos por los adultos, que combinan a la perfección en sus ratos libres con el ciclismo y qué mejor que llevarlo a cabo con los niños. En la actualidad, las ciudades de España siguen aumentando sus kilómetros de carril bici pero es en plena naturaleza y en ambientes más despejados donde es más confortable y seguro practicar este deporte.
Ventajas del ciclismo en niños
Fomentar la práctica de ciclismo en niños es proporcionar a los más pequeños una serie de beneficios que, sin duda, su salud lo agradecerá. Montar en bicicleta, es decir, saber pedalear, frenar, acelerar y dejarse llevar, puede mejorar aspectos básicos del desarrollo del niño:
Aumenta la resistencia. La práctica de ciclismo desde edad tempranas ayuda a que el niño pueda ir superando retos cada mayores en cuanto a resistencia física y mental, y también en la consecución de otros deportes.
Potencia la velocidad. El ciclismo ayuda a potenciar la velocidad y la manera de actuar en los niños desde pequeños, le ayuda a ser saludablemente ambicioso en la consecución de objetivos.
Estimula e incrementa la coordinación, el equilibrio y la agilidad. El ciclismo ayuda a que el niño aumente su capacidad de coordinación y equilibrio, algo que le va a servir también en su vida como adulto. Y que sea un niño más ágil y flexible.
Ayuda en la adaptación a las diferentes situaciones o entornos. Es decir, que el pequeño puede acostumbrarse mejor a los diferentes contextos como sortear obstáculos en la ciudad, en el monte…
Influye en el desarrollo intelectual del niño. Qué duda cabe que el ciclismo ayuda a oxigenar la mente del niño y a desestresarlo de sus obligaciones diarias en el colegio y en casa.
Fomenta valores como el compañerismo, el respeto y el espíritu de sacrificio. El ciclismo es sacrificio pero también trabajo en equipo y solidaridad con el resto de correderos y más si corremos en equipo.
Crea una consciencia ecológica. Y es que los niños aprenden a utilizar la bicicleta como medio de transporte por lo que fomentamos a que sean niños mejor concienciados con su entorno.
Fomenta la capacidad y la responsabilidad. El ciclismo es sinónimo de responsabilidad, de saber cómo ejercitarlo con conocimiento, asumir las normas, reglas y precauciones que este deporte también obliga a tener en cuenta.
Aumenta la autoestima. En este sentido, el niño gracias al ciclismo conoce su capacidad de hacer recorridos progresivamente, por lo que aumenta su poder de superación y por tanto de autoestima.
Crea hábitos sanos para el cuerpo. Como por ejemplo la mejora la articulación, refuerza el sistema inmunitario, aumenta la capacidad respiratoria, previne dolores de espalda, fortalece los huesos, combate la obesidad… el ciclismo es salud.