Para lograr el entrenamiento cardiovascular más completo desde el gimnasio lo ideal es la bicicleta elíptica, que sirve para fortalecer y tonificar los músculos y mejorar la salud en general. También se trabajan otro tipo de grupos musculares concretos, y el ejercicio puede adaptarse porque es un aparato muy completo y seguro.
Sin embargo, como cualquier aparato, y cualquier deporte en general, es necesario respetar ciertos requisitos de técnica y ergonomía a la hora de la práctica para evitar lesiones y sobrecargas. En Telegym te contamos más sobre la elíptica.
Cómo funciona la elíptica y cómo utilizarla sin lesionarnos
Hay numerosos tipos de elíptica, desde los más sencillos hasta los más complejos, con sillín, sin sillín, e incluso con aplicaciones que te permiten controlar cada entrenamiento. Normalmente además, para su uso en casa es uno de los aparatos más cómodos por ser estable y muy silencioso.
Si nos encontramos con una elíptica multifuncional suele poseer un doble manillar ergonómico que ofrece los mejores resultados en el entrenamiento del tren superior y suelen llevar un control de las pulsaciones cardíacas a través de sensores en el manillar.
Como tenemos en la elíptica diferentes sistemas de resistencia y partiendo del doble manillar, lo ideal es que la clase o sesión sea monitorizada o preparada por un instructor que conozca tanto nuestras limitaciones como el aparato en sí. Normalmente las elípticas no tienen sillín pero cuando lo llevan es un añadido para poder para cambiar de postura mientras te ejercitas.
En general, las bicicletas elípticas son un modelo de bicicleta en la que, en un solo movimiento, podrás hacer el efecto de correr, remar y pedalear. Por eso es tan completa y tiene tanto éxito.
Una de sus ventajas respecto de las bicicletas estáticas normales es que las rodillas sufren mucho menos con el ejercicio, y las posibles lesiones de cadera y rodilla preexistentes, no suelen ser obstáculo para su uso si se utilizan bien, por lo que suelen ser aparatos más seguros y eficientes en este sentido.
Lo esencial y básico desde el inicio es conocer perfectamente y de un modo realista, nuestro estado y nivel físico, para comenzar una rutina de ejercicios acorde a nuestra condición física, y desde ahí, contando con el asesoramiento de un profesional, realizar una buena estructura de entrenamiento para realizar que éste sea óptimo.
Otro punto a tener en cuenta es respetar los tiempos de descanso, tanto entre serie y serie de ejercicio como entre los días de entrenamiento. De esa forma nuestro cuerpo puede descansar, recuperarse y adaptarse al esfuerzo del entrenamiento y evitar sobrecargas, contracturas o tendinopatías por esfuerzo.
Las lesiones más comunes son las sobrecargas musculares y las contracturas, provocadas por un sobreesfuerzo repetido, y especialmente cuando la postura no es la adecuada o no se realizan los suficientes descansos.
En el caso del doble manillar, un mal uso o una postura incorrecta suele provocar lesiones frecuentes en trapecios o la musculatura dorsal suele ser donde aparecen lesiones con mayor frecuencia. Para evitarlo lo recomendable es tener un entrenamiento adaptado, en progresión de ejercicios y tiempo de descanso.
Sin embardo, las lesiones más preocupantes si se practica sin supervisión, por ser más duraderas y complejas de sanar son las articulares. Las lesiones de rodilla, son más comunes en la elíptica con sillín, y aunque no es un aparato de los que denominamos de ejercicio de impacto (como correr o saltar) un mal uso puede repercutir en la articulación.
Esto ocurre especialmente si no tenemos un buen tono muscular y nos lanzamos a un entrenamiento duro sin respetar nuestro nivel físico y la correspondiente progresión. Para evitar tendinopatías, que pueden aparecer por la repetición de un movimiento o la sobrecarga muscular s imprescindible un buen calentamiento previo.
Suele ser muy común que tras las primeras sesiones aparezcan dolores de espalda, que suelen ser debidas a una mala postura lo que nos hace llevar a cabo un entrenamiento erróneo forzando músculos que no debieran, provocando tensión en los músculos de la espalda. Por eso es tan importante que contemos con quien corrija nuestra postura.
Los principiantes que no están familiarizados con la elíptica, pueden tener la sensación de que se trata de hacer una caminata normal, con distintas intensidades o resistencias, o sendas más o menos pronunciadas, y es un enorme error. Nunca hay que llegar al nivel del dolor.
Igual que en cualquier deporte, incluso al caminar, tomar posturas forzadas, erróneas o adquirir vicios, puede hacer que tu columna vertebral se vea afectada. Es necesario seguir las indicaciones del instructor para que el cuerpo adquiera una postura correcta y los pasos también sean los adecuados a tu envergadura.
Es importante también cuidar la zona lumbar, que suele sufrir si no seguimos un entrenamiento de forma progresiva, adecuando la intensidad del ejercicio del tronco inferior, a la columna, los brazos, cuello y hombros, con un correcto asidero a las barras.
Siguiendo los consejos y rutinas especializados, la elíptica puede convertirse en uno de los aparatos de fitness más adecuados para entrenarse, ya que aporta muchos beneficios, como hemos dicho, porque si se proactiva bien, reduce el impacto en las articulaciones y mejorar la postura corporal, al reforzar los músculos en la espalda y es un buen método para la recuperación activa.
En la progresión paulatina, y según las indicaciones, lo ideal es utilizar una elíptica en la que se pueda regular la longitud de la zancada y la inclinación, ya que por ejemplo, en personas más altas, la flexión de tronco es mayor. Con constancia y un buen monitor, será un ejercicio ideal.