Lo importante que es practicar tu sesión de ciclo indoor de forma correcta ya no solo para conseguir tus objetivos y conseguir superar tus resultados si no cara a evitar lesiones. La rodilla es la parte que más sufre al practicar ciclo indoor por ello aquí te contamos cómo protegerlas para evitar estos accidentes.
Las estadísticas no dejan lugar a dudas: 9 de cada 10 lesiones que se producen en las rodillas al practicar ciclo indoor es por un mal ajuste de la bicicleta en cuestión. El otro tanto por ciento de las lesiones son debido a que el deportista ya acarrea otras lesiones posteriores que se recrudecen con este sobreesfuerzo de la rodilla del que aún no está recuperado del todo.
Lo primero que debemos hacer para proteger las rodillas en ciclo indoor y evitar lesiones es ajusta el asiento de nuestra bicicleta. O lo que es lo mismo ajustar su altura y que ésta no sea ni demasiado alta ni baja para nuestro estatura. Si no dispones de una buena altura del asiento puedes estar practicando ciclo indoor con molestias continuadas que pueden desencadenar en lesiones perfectamente evitables.
No es solo cosa de regular arriba o abajo el asiento de la bicicleta, muchas veces no caemos que éste también se puede mover de forma horizontal y quizás este sea el ajuste que buscamos. Debemos buscar una sillín que nos permita tener los hombros relajados a la hora de practicar ciclo indoor pero también los codos flexionados. Pedalear demasiado adelantado también nos obligará a que nuestras rodillas se fuercen, así que evita también esta mala praxis.
Te aconsejamos hacer lo siguiente al subir a la bicicleta: colocar las bielas y pedales paralelos al suelo con los pies anclados al pedal, colocar la pierna que queda más adelantada, dejar caer una plomada desde la rótula hasta el pedal y haciendo coincidir el plomo con el centro del eje del pedal. Así de fácil.
Cara a evitar lesiones en las rodillas en ciclo indoor es importante ajustar el manillar también. Éste debe ir a la altura del asiento de la bicicleta y volviendo a tener en cuenta dos cosas, no tener demasiado extendidos los codos ni demasiado tensos los hombros además de no evitar echarse el manillar demasiado encima. Regularlo manualmente es muy fácil: coloca el codo en la punta del sillín y extiende el antebrazo y la mano hasta quedar una separación entre los dedos y el manillar de entre 2 y 5 cm.
Y por último es importante llevar a cabo un ajuste de calas, que el punto de máximo apoyo del pie corresponda al centro de la cabeza del primer metatarsiano, que en la práctica de ciclo indoor las dos zapatillas queden paralelas entre ellas y que los talones y las punteras no estén ni hacia adentro, ni hacia afuera. Teniendo en cuenta todas estas directrices evitarás que tus rodillas sufran y por ende, puedes padecer lesiones al practicar ciclo indoor.