La pandemia ha ayudado a concienciar a las personas sobre la importancia de cuidar su salud a través del deporte, es decir, mucha gente ha empezado a hacer actividad física, incluso aquellas personas que eran sedentarias.
Aquellas personas que han contraído la COVID-19, es posible que se estén preguntando si es recomendable continuar con el ejercicio en los gimnasios.
Desafortunadamente, todavía no conocemos todos los detalles sobre los efectos a largo plazo de la COVID-19 en el cuerpo, especialmente en órganos como el corazón y los pulmones. Es por eso por lo que el regreso a sus entrenamientos normales después de recuperarse del coronavirus debe ser cauteloso y de forma gradual. Y más aún, hacerlo en un gimnasio y bajo la supervisión de profesionales y monitores se vuelve un hecho fundamental.
¿Por qué es fundamental el papel de los gimnasios?
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física y hábitos sedentarios se han actualizado recientemente. En ellas, al margen de recomendar el ejercicio de carácter aeróbico, se aconseja ahora también a la población adulta un trabajo de fuerza muscular para obtener beneficios adicionales. Este ejercicio debe realizarse, como mínimo, dos días a la semana.
Para muchas personas, el estar apuntado a un gimnasio es un aliciente para mantener una rutina, saber qué y cómo tienen que hacer ejercicio y además estar rodeado de gente que los puede motivar cuando las fuerzas flaquean.
Dentro de los gimnasios contamos con profesionales que nos pueden hacer rutinas específicas a nuestras necesidades y que saben cuáles son los métodos a desarrollar tras haber pasado el Covid-19 y sus posibles efectos sobre nuestro cuerpo. Así como diferentes áreas dónde las máquinas o las clases con monitores nos permitirán trabajar de forma más específica y eficiente.
Tampoco debemos olvidar la parte psicológica positiva que nos aporta ir a un gimnasio, ya que tras pasar el COVID-19 muchos deportistas pueden tener ciertos miedos que se ven rebajados al saber que están en un sitio controlado y acompañados por si surgiese algún imprevisto al volver a la normalidad de nuestras rutinas deportivas.
Antes de volver a hacer deporte, ¿qué precauciones debo tomar?
Si has sido diagnosticado con COVID-19, y especialmente si has necesitado hospitalización, recomendamos que antes de volver a hacer deporte consultes con un profesional médico. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, probablemente te hagan alguna prueba como un electrocardiograma, que mide el ritmo real del corazón, un análisis de sangre o, incluso un ecocardiograma, que mide la estructura y función del corazón. Recuerda que cuanto más seguro estés mejor y que toda precaución es poca.
Si te han diagnosticado COVID-19, ¿cómo debes volver a hacer deporte de manera segura?
Aunque no hay evidencias sobre cómo debe ser el regreso a hacer deporte, comenzar de nuevo a no más del 50 por ciento del ritmo normal. No tengas prisa, deja que tu cuerpo te vaya marcando el proceso, escúchalo y sigue las indicaciones de los profesionales de tu gimnasio.
Es posible que cuando vuelvas a hacer ejercicio no te sientas bien de inmediato debido al desacondicionamiento debido a todo ese tiempo que has estado sin practicarlo, así como a los posibles efectos persistentes del virus. Si tienes más dificultad para respirar, o malestar en el pecho debido a las palpitaciones del corazón, consulta con un médico. No arriesgues y vela por tu salud, es lo más importante.