Los usuarios de los gimnasios están comprobando como las clases con monitor virtual están más presentes. Todos hemos tenido la sensación de que el motivo principal puede ser el ahorro de personal en detrimento de la calidad del servicio.
Sin embargo, el uso de las clases virtuales trae consigo muchos beneficios. Gracias a ellas los gimnasios pueden establecer horarios más flexibles y de mayor amplitud de posibilidades. Además los últimos avances favorecen que las clases sean más inmersivas y participativas.
Además de aumentar la flexibilidad horario, tienes garantizado que las clases siempre tengan la misma intensidad y nivel. Con las clases virtuales tienes la rutina que se exigirá siempre será con el mismo nivel de esfuerzo. Da igual si acudes a tu gimnasio por la tarde o por la noche, los resultados si las aprovechas serán siempre los mismos.
También es garantía de que en caso de movilidad geográfica conocerás perfectamente que la calidad de la clase virtual es exactamente la misma. Si tienes que acudir temporalmente o definitivamente al gimnasio de tu cadena en otra localidad no necesitarás ni introducción ni preparación previa.
La estandarización de las rutinas de esta manera también conlleva otra ventaja. En caso de que aparezcan actualizaciones o algún ejercicio con mejores resultados se pueden comunicar y propagar de manera más eficaz. Es una manera fácil para tener siempre las mejores clases y las más innovadoras.
En la actualidad la oferta de servicios de clases virtuales está aumentando y los tipos de ejercicios son más diversos. Se está poniendo especial empeño en que el usuario pueda sentirse inmerso en la clase de manera más eficiente. Algunos sistemas optan por mostrar datos en pantalla mediante gráficos y apoyos visuales para poder realizar los ejercicios con mayor efectividad.
Las clases virtuales permiten a los gimnasios ofrecer una oferta más amplia de actividades
Otros de los grandes beneficios de este sistema de clases virtuales es que pueden dar acceso a la experiencia de grandes profesionales. Cualquier cliente del gimnasio puede tener acceso una sesión con un deportista de élite. Esto sería bastante más difícil sin este sistema.
De esta manera se universaliza la práctica del ejercicio de calidad ya que es posible hacer un mejor seguimiento. Las clases virtuales consiguen adaptar la realización regular de ejercicios a nuestro ritmo de vida. Ya no existirá excusa alguna para no ir al gimnasio porque la clase haya pasado.
También cabe la posibilidad de realizar sesiones on demand según las peticiones de los usuarios y en coordinación con el encargado del centro. En bandas horarios donde la asistencia al gimnasio sea menor cabe esta posibilidad de adaptación lo que optimizará el servicio y los recursos.
Es cierto que existe una discusión sobre si las clases sin monitor presencial pueden resultar frías e impersonales. Las clases virtuales están pensadas para los ejercicios que no requieren supervisión o corrección continua. Se requiere cierto nivel de control de la actividad, por lo que si estás en un nivel muy inicial siempre es mejor acudir a una clase en la que un experto te pueda asesorar.
Con todas estas ventajas no es de extrañar que los gimnasios vayan aumentando sus horarios de clases virtuales. La idea es ofrecer un servicio regular e infalible. Optimizado y actualizado al momento. Con una estandarización que garantice los mejores resultados.
Es una experiencia que sigue en desarrollo y seguramente en un futuro no muy lejano nos deparará grandes sorpresas. Siempre con la idea de conseguir una mejora de calidad de servicio y por supuesto para tener resultados fiables.