Entrenar sin tener pleno control sobre nuestro rendimiento nos puede llevar a no esforzarnos todo lo que podríamos, o a veces pasarnos de un límite recomendable. Esto puede pasar si no disponemos de un pulsómetro que nos indique nuestras pulsaciones por minuto o una pantalla donde visualizar el nimvel de resistencia de nuestra bicicleta, por ejemplo.
Es bueno saber cuál es nuestra frecuencia cardíaca para controlar que el esfuerzo que estamos haciendo es el correcto. En ocasiones, nos indican que en un ejercicio debemos llegar al 65% o en otro al 80%, y si no sabemos nuestra frecuencia cardíaca ni tenemos ningún indicador de pulsaciones, no sabemos si nos estamos pasando o no llegamos.
Para ello es básico calcular nuestra frecuencia cardíaca: sólo tienes que multiplicar tu edad por 0,7 y restar el resultado a 208. Por ejemplo, una mujer de 34 años, tiene una FRmax de 184,4 pulsaciones por minuto (208 – (34 x 0,7) ) Con la fórmula antigua la FRmax era algo superior con 192 pulsaciones por minuto (226-34).
Una vez sabemos cuál es nuestra frecuencia cardíaca, necesitaremos un pulsómetro para saber si estamos trabajando la intensidad adecuada en cada momento.
Otro elemento que nos puede ayudar en nuestro entrenamiento si trabajamos con máquinas de cardio, como una bicicleta de spinning o una elíptica, es una consola que nos indique las RPM, tiempo transcurrido, calorías gastadas, nivel de resistencia de la máquina… algunas bicicletas ya la llevan incorporada, pero para las que no tienen es posible adquirirla a parte y puede este sencillo elemento nos ayude a motivarnos mucho más y a realizar un ejercicio mucho más adecuado.
Con estos pequeños elementos podemos hacer que nuestra rutina en el gimnasio de un salto cualitativo y ponerse en forma cueste menos esfuerzo.
Gemma / TelegimTV