Este titular es el de una nota de prensa de la cadena Infinit Fitness que me han enviado esta semana y que me ha gustado mucho. Porque en cuestión de ejercicio, a veces más vale poco y bien hecho, que mucho y mal.
Y es que uno de los grandes problemas que tiene mucha gente al hacer ejercicio, incluso dentro de una instalación deportiva, es que no sabe entrenar. Y, por supuesto, también es uno de los problemas más graves por parte de un instructor deportivo: no tener la técnica y los conocimientos suficientes como para que las sesiones de entrenamiento que imparta sean no sólo seguras sino efectivas. A veces se me ponen los pelos de punta cuando veo vídeos de ejercicios en Youtube o en algunos blogs, sobre todo de yoga, y veo al gurú de turno haciendo unas posturas horrorosas y con menos técnica que la que tendría mi pobre abuela si aún viviera e hiciera yoga.
Por no hablar de los entrenamientos súper intensos que ahora están de moda, tipo HIIT, Tabata o Interválico exprés, en los que la rapidez y la intensidad de los ejercicios ya compromete de por sí la propia técnica de ejecución. He visto en presentaciones a prensa de métodos similares a periodistas sin ninguna forma física dejarse los riñones haciendo ejercicios sólo aptos para gente muy, muy en forma.
En los años que llevo como profesora de fitness he visto de todo: a algunos instructores gritando a sus alumnos para que se pusieran más peso en sus clases de body pump sin tener ni idea de si tenían o no algún problema de espalda; a otros acelerando la música a unos bits imposibles de seguir en las clases de aeróbic; a muchos más dando clases de GAP o yoga sin ningún tipo de técnica y haciendo una posición contraindicada tras otra…
Por suerte, el mundo del fitness se ha profesionalizado muchísimo en la última década y lo normal es encontrar a profesores formadísimos, con unos conocimientos impresionantes sobre entrenamiento e incluso nutrición. En la mayoría de los clubes deportivos también ofrecen un buen asesoramiento a sus clientes para que no se sientan perdidos a la hora de escoger y realizar su plan de entrenamiento.
Errores comunes
Sentadillas, abdominales, burpees… si dedicar todos los días algo de tiempo a estar en forma es importante, lo es aún más saber qué desea cada uno conseguir con el entrenamiento y cómo ejecutar los ejercicios más comunes, por sencillos que parezcan, tanto para alcanzar objetivos como para evitar lesiones desagradables.
Para conseguirlo lo más sensato y efectivo es ponerse en manos de quienes saben de ejercicio. Y precisamente, cuando no se está asesorado o bien asesorado, es justo uno de los principales motivos por los que la gente abandona el ejercicio: además de no ver resultados, acaban con dolor de espalda o de rodillas y, por supuesto, acaban dejándolo.
Ejercicios mal realizados como los abdominales, en los que se fuerza el cuello o se arquea la espalda a la altura de los lumbares. Sentadillas en las que se hace presión sobre los dedos echando el cuerpo hacia delante en lugar de hacerlo sobre los talones. Burpees en los que se realizan posturas raras y falsos movimientos. Zancadas en las que no se alinea correctamente la rodilla con la planta del pie, ni se pone la espalda y la pierna recta… Este tipo de fallos en la técnica hacen que el rendimiento de las sesiones no sea el idóneo y que el cuerpo corra el riesgo de sufrir una lesión.
Y estos son sólo algunos de los que errores que se cometen habitualmente al hacer ejercicio, además de pasarse con la intensidad, no respetar los tiempos de descanso, comer poco o de forma inadecuada en los días de entrenamiento…
¿Cuál es la solución? Ponernos en manos de expertos, ya sea en un club deportivo, con un entrenador personal o un gimnasio online como Telegim.TV. Ni vídeos extraños de internet, ni imitar ejercicios que hemos visto hacer a los famosos en Instagram (¡cuidado con las posturas de yoga en pareja!), ni entrenamientos “milagrosos” de revistas de andar por casa. Antes de hacer ejercicio, hay que aprender a entrenar.