Llega septiembre o comienza un nuevo año. Es el momento de los buenos propósitos, y uno de los más recurridos es el de apuntarse al gimnasio. La intención es la mejor, pero a las pocas semanas todo son excusas: el trabajo, la familia, el cansancio acumulado, la pereza que nos invade un día sí y otro también, los mil quehaceres diarios… Al final, aquel propósito queda en nada. ¿Qué ha fallado? Básicamente, la motivación.
Si tienes una buena motivación, nada impedirá que ir al gimnasio se convierta en algo imprescindible para que te sientas bien. Pero, si no estás lo suficientemente convencido de la decisión que has tomado, acabarás formando parte de ese porcentaje que tira la toalla a la menor de cambio. Quizá no tengas mucha fuerza de voluntad, pero con un poco de esfuerzo y siguiendo estos consejos, conseguirás seguir adelante.
Motivación… y algo más
Sí, la motivación es la pieza angular, pero necesita algunos apoyos. Apoyos que dicta el sentido común, pero que a veces por ese entusiasmo inicial olvidamos por completo, dejando la puerta abierta al hastío. ¿Qué debes tener en cuenta, sobre todo, si es la primera vez que te animas a apuntarte a un gimnasio?
1.No vayas más deprisa de lo que realmente puedes: lo has decidido y comienzas con todo el entusiasmo y la motivación del mundo. Pero eso no quiere decir que te fuerces hasta la extenuación. Como en todo, hay que ir paso a paso. Un sobreesfuerzo no solo te puede provocar alguna lesión, sino que hará que te canses en exceso y que cada vez te cueste más hacer las rutinas. Ahí habrás dado el primer paso hacia el abandono.
2.Haz lo que más te guste: no necesariamente tienes que centrarte solo en las máquinas. Fitness, crossfit, boxeo, pilates… Las opciones son muchas y puedes combinarlas para no aburrirte. Lo importante para mantener la motivación es que disfrutes realmente con lo que haces, solo así te sentirás bien y desearás seguir con tus entrenamientos.
3.Elige un buen gimnasio: es fundamental. No todos los gimnasios son iguales ni ofrecen las mismas posibilidades. Más allá de su cercanía a tu casa o tu trabajo, debes fijarte en que esté bien equipado, que cuente con buenos profesionales y que ofrezca horarios y actividades que se adapten a tus necesidades, tus gustos y tu ritmo de vida. Unas instalaciones en las que te sientas cómodo harán que mantengas esa motivación inicial.
4.Busca compañía: si tienes la más mínima duda de que puedes flaquear, lo mejor es que te apuntes al gimnasio con alguien más. Cuando te falle la motivación, tendrás a otra persona que ‘tirará’ de ti. Hazlo al menos al principio, luego es fácil que te relaciones con otros usuarios del gimnasio y que te resulte mucho más fácil continuar con la actividad.
5.Anota tus logros: tanto si lo que buscas es mejorar tu forma física como si es moldear tu figura o ganar músculos, nada reforzará tanto tu motivación y te animará a seguir como ir apuntando semana a semana esos pequeños logros que vas alcanzando. Cuando notes que te entran ganas de dejar el gimnasio o, simplemente, te da pereza ir, echa un vistazo a esa lista, seguro que vas corriendo a por tu bolsa de deporte.
Si hasta ahora no te habías planteado apuntarte a un gimnasio, o si lo has hecho por primera vez, sigue estos consejos. Verás como tu motivación no decae un ápice y llegará el momento en el que el ejercicio diario te resultará tan necesario casi como dormir. Tu salud y también tu mente, te lo agradecerán.